En un rincón tranquilo del Bosque Willowwood vivían Milo Ratón y Tessa Tortuga. Milo era pequeño, rápido e infinitamente curioso. Tessa era amable, reflexiva y conocida por su sabiduría. Eran los mejores amigos, siempre ansiosos por una nueva aventura. Una mañana brillante, Milo corrió al jardín de Tessa, con los ojos llenos de emoción. “¡Tessa! ¡La Piedra Lunar ha desaparecido del Gran Roble del Bosque!” Todos en Willowwood sabían que el suave resplandor plateado de la Piedra Lunar protegía el