Érase una vez, en lo más profundo del Bosque de los Arces, vivían un oso bondadoso llamado Bartolomé y una liebre astuta llamada Rosie. Bartolomé amaba la miel y las siestas tibias, mientras que a Rosie le gustaban las zanahorias crujientes y las aventuras curiosas. Aunque eran muy distintos, eran los mejores amigos. Una mañana soleada, Rosie saltó hasta la cueva de Bartolomé, con la nariz temblando de emoción. "¡Bartolomé!", llamó. "¡He encontrado algo maravilloso mientras cavaba cerca del viej