Érase una vez, en el corazón del susurrante Bosque Blackwood, vivían dos seres notorios: una astuta bruja llamada Grimelda y un fantasma burlón llamado Whispertail. Grimelda no amaba nada más que coleccionar objetos mágicos, especialmente aquellos que no le pertenecían. Whispertail, por su parte, se deleitaba en asustar a los viajeros haciendo crujir las hojas o haciendo parpadear sus faroles como locos. Una noche tormentosa, Grimelda descubrió un viejo mapa cubierto de musgo escondido bajo las