Érase una vez una viuda que tenía un único hijo llamado Aladino. Eran muy pobres y vivían al día, aunque Aladino hacía lo que podía para ganar unas monedas recogiendo plátanos en lugares lejanos. Un día, mientras buscaba higos silvestres en un bosque a cierta distancia de la ciudad, Aladino conoció a un extraño misterioso. Este hombre, elegantemente vestido, de ojos oscuros, con una barba negra bien recortada y un espléndido zafiro en su turbante, le hizo a Aladino una pregunta insólita: "Ven aq