Érase una vez, en el brillante y floreciente Valle de las Flores Silvestres, vivía una abeja llamada Bella. Bella no era una abeja ordinaria. Sus rayas doradas brillaban como rayos de sol, y sus alas destellaban con todos los colores del arcoíris cuando volaba. Bella era famosa en su colmena por su curiosidad y valentía. Le encantaba explorar nuevos lugares y conocer nuevos amigos. Una mañana soleada, Bella estaba recolectando néctar de el girasol más grande del prado cuando escuchó un sonido ex